Spielberg intenta repetir la fรณrmula de E.T. pero no le saca partido al libro de Roald Dahl.
Demasiado previsible. Ese serรญa el resumen de Mi amigo el gigante, una pelรญcula cuya falta de tono y ritmo sorprende por venir de las manos de un director como Steven Spielberg y por ser su siguiente trabajo despuรฉs de la brillante El puente de los espรญas.
Mi amigo el gigante tiene el aire de historia ya contada antes y desperdicia la oportunidad de sacarle todo el jugo al doble sentido que encierran todos los cuentos infantiles, las fรกbulas fantรกsticas sobre la pรฉrdida de la inocencia. Spielberg opta por seguir un camino visual brillante como el de toda su filmografรญa, pero en el que se observan reiteraciones de contenido visual y narrativo que ya ha explorado con mayor acierto y pasiรณn en ocasiones anteriores.
Creo que el caudal del propio director estรก ya agotado como referente del cine con niรฑos y por eso cada vez que incursiona en temas mรกs oscuros y de adulto, alejรกndose del territorio que ya ha transitado tantas veces, los resultados de su trabajo son mucho mejores. En esta ocasiรณn le ocurre algo parecido a lo que ya le ocurriรณ en otro encuentro con una icรณnica fรกbula de la literatura infantil y juvenil, Hook (El Capitรกn Garfio): los resultados de su versiรณn cinematogrรกfica estรกn bien servidos en lo visual, pero se resienten de una falta de ritmo: las imรกgenes estรกn como deslavazadas, funcionan a nivel individual, pero no a nivel colectivo. Por ejemplo la caza de los sueรฑos en Mi amigo el gigante es un autรฉntico pantano en lo que se refiere a ritmo, frena la historia, ademรกs de mostrar que a veces ese sentido visual de la maravilla que tiene Spielberg se va quedando anticuado, especialmente cuando se deja arrastrar por una arrebolada ingenuidad que no encaja con los tiempos actuales, ni siquiera con los espectadores infantiles de la actualidad. Me parece significativo que vista hoy, E.T. filmada a principios de los aรฑos ochenta del siglo pasado, resulte mucho mรกs moderna y actual que Mi amigo el gigante.
Es una lรกstima, porque en algunos momentos de la pelรญcula โtodo lo referido a los sueรฑos y el vรญnculo de la niรฑa y el gigante, el canibalismo de los gigantes, el rapto de la niรฑa, la soledad del gigante, etcรฉtera-, Spielberg parece estar rozando la frontera de inmersiรณn en una mayor madurez para su relato sobre la pรฉrdida de la inocencia y la bรบsqueda de la forma de recuperarla, temas interesantes, recurrentes en todos los cuentos infantiles, y que podrรญan haber dado muy buen resultado en esta ocasiรณn caso de que hubiera querido desarrollarlos por ese camino en lugar de dejarse enredar en una fรกbula que parece hilvanada sobre el patrรณn de las producciones de Disneyโฆ pero sin ese lado oscuro que tienen los grandes clรกsicos de Disney. Parece que Spielberg sรณlo quisiera tomar de esa fuente de inspiraciรณn lo mรกs ingenuo y menos perturbador, esquivando lo mรกs complejo y oscuro, que obviamente es lo mรกs interesante de clรกsicos Disney como Blancanieves y los siete enanitos, Pinocho, Peter Pan, Alicia en el paรญs de las maravillas, etcรฉtera.
Algunos de mis compaรฑeros crรญticos opinan que la pelรญcula remonta cuando aparece la reina, pero yo discrepo. En realidad, esa salida por la vรญa del humor es la fuga definitiva hacia lo superficial de la historia tomando referencia de los aportes mรกs ligeros de Los viajes de Gulliver de Jonathan Swift, en lugar de abundar y sacar partido a la parte mรกs siniestra e interesante del encuentro de la niรฑa y el gigante, el paรญs de los gigantes, los sueรฑos y las pesadillas, que estรก en la primera parte de la pelรญcula, donde, dicho sea de paso, la escena de la niรฑa y la ducha suena a acto fallido freudiano de Spielberg haciendo un guiรฑo a la versiรณn de King Kong dirigida por John Guillermin en 1976, con el gorila gigante โduchandoโ a Jessica Lange. Si aรฑadimos a esa secuencia el encuentro privado del gigante y la niรฑa en el paรญs de los sueรฑos, un territorio de lo prohibido, y la frase del guiรณn sobre el sueรฑo jorobanoches que acusa: โMira lo que habรฉis hecho, no habrรก perdรณn posibleโ, estamos en el mejor territorio para explorar los otros significados de las fรกbulas que estudiรณ Vladimir Propp en sus estudios sobre los cuentos populares.
De manera que lo mรกs interesante, si bien que tambiรฉn lo peor aprovechado por Spielberg en esta pelรญcula, estรก en la primera parte, la parte que nos acerca a las fรกbulas tipo Blancanieves โsustituyan enanos por gigantes si les place-, Peter Pan โrecuerden, el secuestro de la infancia y el miedo a la pรฉrdida de la inocencia-, y Alicia en el paรญs de las maravillas โel viaje al otro lado del espejo o de la realidad con ecos psicotrรณpicos como las persecuciones de โsueรฑosโ de la protagonista-, y no en la fase final mรกs propia de esa fรกbula polรญtica a modo de distopรญa que es Los viajes de Gulliver, por mucho que รฉsta contribuya a darle mรกs ritmo a la falta de ritmo, tono y tensiรณn de la primera parte.
Miguel Juan Payรกn
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