La saga iniciada en 2010 por Sylvester Stallone, donde se resucitan y reúnen a las viejas glorias del cine de acción, recibe su mayor golpe con el fracaso estrepitoso de su estreno y confirma que la franquicia está muerta
Los Mercenarios 4 se la pega en taquilla
Ni una de las patadas de Van-Damme, ni uno de los cuchillos de Statham, ni un croché sueco de Lundgren. Qué diablos, ni si quiera Chuck Norris y su inquisitiva mirada ha sido el responsable. Resulta que el golpe mas mortífero surgido alrededor de la franquicia nostálgica ochentena por antonomasia lo ha dado el público.
Vale, en 2010 todos nos apuntamos a la fiesta sin pensarlo. Y sí, dos años después no dudaríamos en repetir ante la expectativa de los nuevos nombres (y la confirmada mejoría cualitativa), pero ya en su tercera entrega el rancio aroma de aprovechar la inercia empezó a embargar lo que en el fondo era lo evidente: la testosterona melancólica tiene fecha de caducidad cuando las ideas nunca se imponen al marketing de la reunión all-star. Aun así el producto aguantaba con firmeza cuando, tras un debut algo tibio, el “cierre” de la trilogía no se quedaba lejos de sus antecesoras al superar la marca de los 200 millones de recaudación mundial (las dos primeras entregas amasaron 260 y 300 millones respectivamente).
Casi una década después a alguien se le ocurrió que la gallina de los guantazos y tiros todavía podía dar algunos violentos y rentables huevos. Además, si la gente se zampa orgullosa ver como Jason Statham se las tiene tiesas con un megalodón (y por partida doble), ¿que podría fallar de darle la oportunidad de heredar el liderazgo de Los mercenarios?. Más aun cuando encima ofreces otros reclamos adicionales como la adición de Megan Fox o del duo Tony Jaa + Ivo Uwais a la ecuación. Pues al parecer al espectador medio eso de que se la intenten colar con algo de calidad mediocre sin escualos o kaijus de por medio no le ha hecho ni pizca de gracia y a las horrorosas críticas les ha acompañado un piñazo en taquilla de los que hacen apartar la vista. Con un presupuesto de 100 millones de dólares (la mitad gastado en proteínas, seguro) la cinta dirigida por Scott Vaughn (Need for speed) ha comenzado su misión monetaria herida de gravedad con una recaudación nacional de 8 millones de dólares en su primer fin de semana (La Monja 2 ha conseguido medio millón más tras casi 20 días desde el estreno). Afortunadamente para la cinta, en China parece que continuan disfrutando de unas cuantas tollinas gratuitas con nombre y apellidos y han sumado otros 16 millones a las arcas, que junto al pobre resultado internacional, lleva la cifra final a solo 29 millones de dólares.
Lamentablemente, pinta a que eso de cubrir su presupuesto va a quedar muy lejos (no hablemos de dar beneficios), pero también es verdad que la anterior entrega debutó con dudas y al final terminó sobreviviendo al descalabro que se anunciaba. Veremos como evolucionan estos mercenarios con el paso de los días y si a alguien le vuelve a parecer buena idea invertir nueve cifras en una franquicia moribunda.
Miguel Ángel Espelosín
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