Crítica Heretic película dirigida por Scott Beck, Bryan Woods con Hugh Grant, Sophie Thatcher, Chloe East
Nueva vuelta de tuerca al género de terror y asesinos, con un sensacional Hugh Grant
De qué va Heretic
Dos jóvenes religiosas van casa por casa buscando nuevos adeptos, hasta que llegan al hogar de Mr. Reed, un hombre que ha mostrado interés por su religión, pero que en realidad planea un juego siniestro con las dos chicas, que puede ser más de lo que están preparadas para asumir.
Dos directores, y guionistas, muy conocedores del género
Scott Beck y Bryan Woods son dos cineastas bastante conocidos, especialmente en su faceta de guionistas, ya que son los responsables de crear, junto a John Krasinski, el universo de Un lugar tranquilo, que ya lleva tres entregas de gran éxito en todo el mundo. Pero, más allá de eso, también han estado ligados a proyectos como The Boogeyman, también como guionistas, La casa del terror, Nightlight o la serie 50 States of Fright. Todos ellos proyectos de cine de terror al que podemos sumar la fallida 65, cinta de ciencia ficción y aventuras protagonizada por Adam Driver, que también tenía elementos de género, como algún inesperado susto.
En esta ocasión, en lugar de optar por el terror más convencional, y asociados a A24, han optado por una película que camina la fina línea entre el thriller y el terror psicológico, con un personaje de apariencia apacible, calmada e inteligente… pero que solo por eso resulta mucho más aterrador que si fuese un personaje histriónico, exagerado y forzado. Quizá eso incluso hiciese que el actor protagonista llevase las cosas al extremo y nos hiciese perder el contacto con la historia que nos narran, pero no es el caso. Hugh Grant da una lección magistral de interpretación, en lo que podría ser el vecino ideal, pero que se convierte en toda una pesadilla…
Evidentemente las interpretaciones de Chloe East y Sophie Thatcher tienen que estar a la altura o la película se cae por su propio peso. No funciona el gran villano sin que las heroínas estén a la altura. Desde la concepción inicial del guión que las presenta como jóvenes que son parte de la religión mormona que van de casa en casa buscando nuevos miembros de la misma, a cómo se enfrentan a la amenaza, casi siempre intelectual, de Grant, ambas actrices logran ser el contrapunto ideal, y sus personajes son capaces de sorprendernos a lo largo del metraje con varios giros interesantes.
Un viaje en torno a la fe y el control
Lo que sorprende y supone un soplo de aire fresco en la película, es el viaje de las dos jóvenes protagonistas, que son representación de la fe frente a un rival que pone a prueba la misma continuamente. Personajes que se mantienen firmes con su fe y que la enfrentan, pese al miedo, a un tipo que está convencido del error de las chicas. Ahí reside en gran parte el juego del gato y el ratón de la película, y es un juego que funciona siempre, porque las respuestas a las preguntas que se nos formulan no son siempre las que esperamos ni las que suponemos. Y nos dejan reflexionando al final de la historia.
Quizá su mayor problema es que hacia el tramo final, una vez todas las cartas son puestas sobre la mesa y todo se descubre, la historia desvaría demasiado y acaba siendo un poco tópica, un final quizá demasiado exagerado y previsible en comparación con lo que habíamos vivido hasta el momento. Es un pequeño desliz final, que no nos desencanta, pero que no le brinda a la historia el cierre que merece realmente. Sin embargo y, pese a eso, la película sigue siendo uno de los mejores cines de género de los últimos meses.
Jesús Usero
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