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Crítica Amigos hasta la muerte película dirigida por Javier Veiga con Mauricio Ochmann, Marta Hazas, Javier Veiga, Luna Gallego
Divertida comedia sentimental sobre tres amigos, los cuales se reconcilian y pelean a lo largo de las décadas.
De que va Amigos hasta la muerte
Suso (Javier Veiga), María (Marta Hazas) y Nacho (Mauricio Ochman) son amigos desde hace mucho tiempo. Cuando estaban en la universidad, Nacho y Suso (mientras actuaban en la tuna) cortejaban a María. Al final, Suso se llevó el amor de la chica, pero esta no pudo evitar mantener relaciones sexuales con Nacho. Esto lleva a la ruptura entre Suso y María; pero, con el tiempo, los dos se reconcilian; hasta que Nacho regresa a sus vidas.
Crítica Amigos hasta la muerte
Muchos de los que lean esta crítica probablemente podrán echar la vista atrás, y localizar en su entorno más inmediato a los colegas de la universidad; un tiempo en sepia, en el que seguramente empezaron a experimentar un sinfín de amores imposibles, y un puñado de uniones hasta la eternidad. Hay quien dice que los colegas de pupitre hay que mantenerlos, aunque no siempre es así. Javier Veiga demuestra en Amigos hasta la muerte que incluso las relaciones más puras son susceptibles de estropearse por actos inesperados, como las infidelidades y traiciones entre ellos.
La trama de la película del protagonista, guionista y director Javier Veiga empieza con dos veinteañeros llamados Suso (Javier Veiga) y Nacho (Mauricio Ochman): un par de tunos que son inseparables en su época universitaria. A ellos se suma la vivaracha María (Marta Hazas): una joven que les gusta tanto a Nacho como a Suso, y a la que le encanta jugar a repartir su afecto entre la pareja de enamorados. Tras el paso de los años, María se convierte en la compañera sentimental de Suso, pero no puede evitar tener relaciones sexuales con Nacho. Cuando Suso se entera, la ruptura es inmediata, tanto con María como con Nacho; sin embargo, este acaba finalmente perdonando a la chica, y alejándose de su amigo traidor. Un día, María se encuentra con Nacho en el hospital en que esta trabaja. El joven había ido a buscar unos análisis, que María recupera en secreto, para descubrir que al otrora colega de Suso le queda poco tiempo de vida. Después de la noticia, la reconciliación entre Suso y Nacho es un asunto de vital importancia.
Javier Veiga traslada al lenguaje fílmico la obra de teatro que él escribió y escenificó hace unos años, y lo hace con los mismos elementos dramáticos entre un formato y otro. Esto provoca la sensación de que la alocada sucesión de diálogos en los que se basa la historia no mantenga similar interés en formato de celuloide, que interpretada en vivo. Las continuas peleas y reproches entre Nacho, Suso y María llegan a exasperar en su versión cinematográfica, sin lograr atemperar esa asfixia verbal con las frases dichas directamente a la cámara, con el público como interlocutor anónimo.
El montaje simple, con los actores como focos únicos de la atracción dramática, ayuda a que Amigos hasta la muerte se perciba como una comedia de enredos tal cual, sin mayores pretensiones que las de entretener a lo largo del desarrollo del film. No obstante, los interminables laberintos emocionales en los que se encierran los personajes alimentan un adecuado aumento del ritmo narrativo, nutrido por una galería de medidos giros argumentales.
Ante esa fórmula creativa, la naturaleza teatral del texto explica la importancia de las interpretaciones de Javier Veiga, Marta Hazas y el mexicano Mauricio Ochman. Los tres cumplen a la perfección en sus respectivos papeles, a los que retratan con cuidado de modelar cada una de sus manías, defectos y virtudes. Ellos son los que dotan de eficacia al ingenioso humor que construye el triángulo amoroso pensado por Veiga, y que recuerda ligeramente a las letras de canciones como Son mis amigos, de Amaral, y Cómo hemos cambiado, de Presuntos implicados.
Tan solo queda añadir una advertencia: Javier Veiga no parece que se haya basado en el western Amigos hasta la muerte (George Seaton, 1973); ya que, en la trama rodada en Galicia, Nacho no es un forajido y Suso no es un sheriff.
Te gustará si te gustó:
Cualquier película sobre reuniones de colegas, un género en el que se erige como decana la excelente movie Los amigos de Peter (Kenneth Branagh, 1993).
Jesús Martín
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