Crítica Mi otro Jon ★★★ (2023)

Crítica Mi otro Jon película dirigida por Paco Arango con Carmen Maura, Olivia Molina, Fernando Albizu, Macarena Gómez, Ana Obregón

De que va Mi otro Jon

Merche (Carmen Maura) es una mujer que acaba de cumplir 76 años. Antes de dar su acostumbrada fiesta de aniversario, Merche descubre que tiene una enfermedad incurable y que le queda muy poco tiempo de vida. Tras sobrevivir al shock inicial ante semejante información, la enferma decide proporcionar sus sueños más anhelados a las personas que tiene a su alrededor.

Crítica Mi otro Jon

Alocada comedia construida a base de equívocos, en la que una enferma terminal realiza un viaje con su hija, introducida en el cuerpo de un hombre de dimensiones considerables, llamado Jon.

La transmigración de las almas es un concepto religioso y espiritual que es difícil de limitar en el espacio y el tiempo. Si existiera una fórmula para habitar durante unos días en el cuerpo de una persona desconocida, las posibilidades de vivir experiencias sorprendentes y revitalizadoras serían innumerables, máxime si el que posee al otro conserva sus recuerdos y comportamientos habituales. Paco Arango imagina una realidad parecida a la descrita, en la que una mujer enferma terminal se mete en el cuerpo de un individuo llamado Jon, para viajar con su hija a un paraíso playero.

La acción de Mi otro Jon empieza con Merche (Carmen Maura): una mujer que acaba de cumplir 76 años. Justo cuando espera celebrar su aniversario con sus amigas y su familia, el doctor le comunica que padece un tumor inoperable, y que le queda muy poco tiempo de vida. El mundo se derrumba ante los ojos de Merche, pero pronto decide que una manera buena de irse consiste en proporcionar sus sueños más anhelados a las personas que tiene a su alrededor. Pese a algunas meteduras de pata, la protagonista consigue su objetivo, pero deja para el final un esperado viaje vacacional con su hija Rocío (Olivia Molina). Sin embargo, el estado de gravedad de la septuagenaria impide el desplazamiento. Cuando ya pensaba que estaba todo perdido, una solución de última hora se hace visible en el horizonte de Merche: existe una científica que es capaz de intercambiar el alma de un cuerpo defectuoso al de un cadáver llamado Jon. La mujer acepta la oportunidad, y se traslada con Rocío bajo la apariencia del voluminoso Jon. Un período de supuesto goce, que se ve perjudicado por el traslado del marido de Rocío al mismo lugar, al pensar que esta le está engañando con otro hombre.

Los equívocos continuos son los motores argumentales de esta obra de Paco Arango, con la que intenta exhibir el tema de la muerte de una manera menos trágica a como se hace habitualmente en el cine. El director mexicano echa mano de un relato de corte surrealista, en el que se suceden una serie de secuencias de escasa comprensión en el universo de las percepciones físicas. No obstante, esa parte más esotérica es lo que dota de sentido a la evolución del film.

Bajo la bandera de un humor light y de índole familiar, Arango cede el peso de la movie a la capacidad humana y cercana de una Carmen Maura verosímil en su papel de Merche. La actriz madrileña dota a la protagonista de un discurso divertido, ajeno a caer en los abismos que supone saber que tiene el tiempo limitado en la Tierra. Una caracterización que se complementa a la perfección con la actuación más realista de la no menos brillante Olivia Molina. Ellas son los engranajes s de esta historia, a la que se incorpora con similares dotes de sinceridad Fernando Albizu, en la parte de Jon (movido en todo momento por la invisible Merche).

No obstante, Mi otro Jon no consigue el equilibrio dramático entre la situación planteada por Merche y su enfermedad, ya que el mensaje de la transmigración espiritual de laboratorio resulta demasiado artificial. Aunque lo peor se encuentra en la innecesaria exageración e infantilismo  de algunas de las situaciones que pueblan el metraje en las que se ven envueltos los caricaturizados personajes.

Cono nota al margen, al final se anuncia que todo el dinero recaudado por Mi otro Jon irá destinado a la lucha contra el cáncer. Un dato que invita a comprar una entrada y dejarse llevar por la neurosis creativa de esta alocada comedia. La solidaridad ante semejante causa merece la pena.

Te gustará si te gustó…

Comedias sobre el intercambio espiritual del tipo de ¡Este cuerpo no es el mío! (Tom Brady, 2002) y  17 otra vez (Burr Steers,  2009).

Jesús Martín

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